
15 autores que amaban el vino (o lo convirtieron en protagonista de sus historias)
El vino no solo ha sido inspiración de artistas, sino también compañero fiel de escritores a lo largo de la historia. Algunos lo bebieron para soltar la pluma, otros lo convirtieron en personaje, metáfora o símbolo cultural. Hoy, en el Día Internacional del Libro, levantamos la copa por estos 15 autores/as que, de una forma u otra, dejaron su huella vínica en la literatura:
1. Charles Baudelaire
El poeta maldito francés no ocultaba su amor por los placeres terrenales, y el vino ocupaba un lugar especial. En Las flores del mal lo retrata como fuga, revelación y compañía:
“El vino llena la copa del asombro”.
2. Pablo Neruda
En su Oda al vino, Neruda no deja dudas: el vino es celebración, sangre de la tierra y canto. Su prosa poética le dio al vino alma latina y poder sensorial.
“Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia”.
3. Ernest Hemingway
Borgoña, Burdeos, Rioja. El autor de París era una fiesta escribió tanto sobre el vino como lo bebió. En sus novelas, el vino aparece en escenas cotidianas como testigo de charlas, guerras y amores.
4. Isabel Allende
En Afrodita, su libro sobre cocina y erotismo, Allende menciona vinos, recetas y sensualidad. Para ella, el vino no solo es bebida, sino ritual que potencia los sentidos.
5. William Shakespeare
Aunque el vino no es protagonista en sus obras, está presente en banquetes, brindis y en personajes como Falstaff, quien disfruta sin medida. En la Inglaterra isabelina, el claret (vino tinto) era símbolo de estatus.
6. Jorge Luis Borges
Borges no era un gran bebedor, pero el vino aparece en sus cuentos como emblema de lo argentino, y en varios poemas lo usa como símbolo del tiempo, la memoria y el ritual.
“El vino nos permite compartir milagros cotidianos”.
7. Colette
La escritora francesa vivió en la región de Borgoña, cuna de grandes vinos, y eso se nota en su obra. El vino es sensual, femenino, y muchas veces aparece asociado al disfrute de la buena vida.
8. Jack Kerouac
Parte de la Generación Beat, Kerouac retrata en En el camino largas noches bohemias regadas con vino barato. Para él, el vino era parte del viaje, de la exploración del alma y el vértigo de vivir.
9. Eduardo Galeano
En El libro de los abrazos, Galeano recoge pequeñas historias donde el vino es excusa para hablar de la vida, la nostalgia y la identidad. Lo menciona como parte del pueblo, no de la élite.
10. Dionisio (sí, el dios griego) contado por Eurípides
En la tragedia Las bacantes, el dramaturgo griego nos presenta a Dionisio, dios del vino, el éxtasis y el caos. El vino, como fuerza divina, puede liberar o descontrolar.
11. Julio Cortázar
El vino atraviesa su literatura de modo sutil. Dijo alguna vez: “El vino es para el alma lo que el agua para el cuerpo”. En sus cuentos, muchas veces hay botellas compartidas y brindis filosóficos.
12. Marguerite Duras
El vino aparece en su universo literario como un refugio íntimo, un lugar donde la memoria y el deseo se entrelazan. En entrevistas y textos autobiográficos, Duras expresó cómo una copa podía abrir la puerta a la escritura, a los fantasmas del pasado y a la belleza rota de la existencia.
13. Edgar Allan Poe
Aunque más conocido por la absenta, el vino aparece en varios de sus relatos como símbolo de placer y condena. El barril de amontillado es un clásico de vino y venganza.
14. Federico García Lorca
En su poesía el vino es metáfora de deseo, sangre y tierra andaluza. “El vino de tu boca es más delicioso que el vino de los racimos”, escribió.
15. Jean Cocteau
Poeta, cineasta y bon vivant, dijo una vez: “Si el vino falta, falta el corazón”. Su obra combina la bohemia francesa con la sensibilidad del vino.
Además de autores que lo bebieron o lo hicieron poesía, el Fondo Vitivinícola editó libros dedicados al vino, con historia, humor e información para todos los públicos:
- “¡Al gran pueblo argentino salud!” de Felipe Pigna: un recorrido por la historia Argentina y los momentos en los que los vinos de esta tierra fueron protagonistas.
- “Tinta y tinto sobre blanco” de REP: ilustraciones que tienen al vino como protagonista y evocan risas, emociones y reflexión.
- “Chin chin. El vino es fácil” de Marcela Rienzo: una guía fresca, amena y sin vueltas para perderle el miedo al vino y disfrutarlo como se debe: con curiosidad y sin pretensiones.
Desde Bukowski hasta Murakami, el vino sigue siendo tinta invisible en la historia de la literatura. ¿Y vos? ¿Con qué vino acompañarías tu próxima lectura?