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La revolución en los vinos argentinos

La Revolución de Mayo, además de ser una excelente ocasión para degustar vinos de todos los puntos cardinales, locros y empanadas, anima a recorrer los ejes por los que pasan las iniciativas más revolucionarias en la vitivinicultura argentina: la innovación, el turismo, las criptomonedas respaldadas en vino, la búsqueda de las expresiones más singulares del Malbec, los nuevos envases. Y es que de una punta a la otra del país hay proyectos e ideas que vienen revolucionando y estimulando al vino argentino para ofrecer productos cada vez más innovadores, sostenibles y con el foco puesto en el futuro.

La innovación no tiene límites

Unos de los mantras del negocio del vino a nivel global es la necesidad de innovar en varios aspectos: viticultura de precisión, en la tecnología puesta en el viñedo, en la elaboración, en los envases y presentaciones del vino, en las formas de comercialización y en la comunicación. Se trata de encontrar la forma más apropiada para ser eficientes, sostenibles, constantes y relevantes y los vinos argentinos están en ese camino. Encontramos un caso inspirador en San Juan: la familia Azcona elabora el único Chardonnay tinto del planeta. “Este “Marciano Negro” nos llevó 4 años de investigación. Es un vino 100% Chardonnay elaborado como naranjo, criado durante un año en barrica y luego, un año más en una barrica que contuvo vino Malbec. Esa barrica, que ya no tenía vestigio de Malbec le fue aportando sólo el color. Nos divierte mucho porque es un gran vino logrado a partir de atreverse a revolucionar”, dice orgulloso Martín Azcona.

Malbec, siempre Malbec

La mundialmente reconocida cepa que aporta identidad a la vitivinicultura argentina sigue siendo un vector de innovación pues su capacidad revolucionaria parece no tener techo. Así lo demuestra Karim Mussi y su equipo, decidido a explorar todas las ventajas que el Malbec puede ofrecer: “La revolución del vino argentino seguirá pasando por el Malbec”, confirma. Decidieron elaborarlo con tres protocolos idénticos de elaboración pero en tres terruños singulares para encontrar las distintas expresiones del Malbec: “Son tres latitudes diferentes que van desde latitud 26° en el extremo del Valle Calchaquí a latitud sur 38° en el Alto Valle de Río Negro, pasando por el Valle de Uco”, comenta Karim. “Es un viaje a lo largo de la Cordillera de los Andes en el mejor vehículo que podemos ofrecerles que es el Malbec”, resume Luciana Ríos Carné, integrante del equipo de Karim.

Turismo: el gran transformador

El enoturismo en Argentina ha experimentado un gran  crecimiento  en los últimos años, convirtiéndose en uno de los ejes del desarrollo económico y la promoción de la cultura vitivinícola del país en el ámbito nacional como internacional. Turistas locales y de todo el mundo llegana las regiones productoras para conocer los procesos de producción, degustar vinos, maridar con gastronomía singular y disfrutar de paisajes únicos. Según datos de la Corporación Vitivinícola Argentina, en 2023 el enoturismo generó más de  $ 266.475 millones. En el período enero-diciembre 2023 las bodegas y viñedos recibieron 2.775.000 visitas de las cuales alrededor del 20% fueron fueron visitantes extranjeros. “Hoy Mendoza es uno de los destinos más buscados gracias al vino”, afirma Julia Zuccardi, de Bodega Santa Julia y destaca el crecimiento de las experiencias gastronómicas que ofrecen las bodegas. Es que la revolución de este tipo de turismo ha impulsado no solo el sector vitivinícola, sino también el desarrollo de infraestructuras como hoteles boutique, restaurantes gourmet y experiencias culturales vinculadas al vino que ubican a la Argentina como un destino de enoturismo de referencia mundial. Aquí el Anuario Estadístico de Turismo del Vino (2023) del Observatorio Económico de Turismo del Vino de la República Argentina.

La tokenización del vino

Ya no es distópico el futuro en el que el vino está ligado a las criptomonedas, la tokenización llegó para quedarse. Mike Bravo es el propietario de la bodega Costaflores y es el Director del proyecto OpenVino.org, que lanzó a Costaflores como la primera bodega en el mundo de código abierto con su criptomoneda respaldada por vino. Lleva 7 años tokenizando sus vinos MTB* y se abre al mundo para que nuevas bodegas puedan sumarse a este proyecto gratuitamente. “ OpenVino proporciona a las bodegas las herramientas para crear sus propios criptoactivos de código abierto, respaldados en vino, a través de la tokenización”, explican. “Por eso revolucionamos el mundo del vino con la manera que las bodegas pueden comercializar sus vinos mediante la tokenización de cosechas, innovando la manera de certificación de vinos utilizando la transparencia extrema y la BioDigital Certification, y cambiando la forma de conectar con el consumidor haciéndolos parte del proyecto con la trazabilidad viña – vino – mesa -mente: escaneando la etiqueta del vino, los consumidores podran registrar una selfie con su opinión y crear su propio NFT, que representará una participación en OpenVino DAO gratuitamente”. Este revolucionario que unió el mundo del vino con las criptomonedas afirma que “la clave de todo es explorar diferentes modelos de negocio que el blockchain y las criptomonedas nos permiten hacer”.

El revolucionario biopackaging

Mike Bravo también lidera el proyecto 4m3.bio en el que asesora y acompaña a bodegas para producir su biopackaging.  Se trata de aprovechar los restos de poda, escobajos, orujo agotado, luego inocular micelio (la estructura vegetativa de los hongos) que –una vez que coloniza todo el sustrato en el que es inoculado- se transforma en un material biodegradable creado a partir de la misma planta que da origen al vino. Así, las bodegas pueden “cultivar sus propias cajas”, reduciendo significativamente la generación de residuos y creando empaques totalmente compostables.

Asociados y escuchando al consumidor

Argentina es unos de los países que más ha desarrollado el modelo asociativista de la mano de Fecovita (Federación de Cooperativas Vitivinícola de Argentina) que agrupa a 5.000 productores primarios integrados en 29 cooperativas profesionalizadas y consolidadas en un modelo comercial con un amplio portafolio de marcas –que va desde las básicas, de alta rotación, hasta marcas de mayor valor agregado- y con diferentes estilos de elaboración: blancos, rosados, jóvenes, espumantes, dulces. Se trata de ofrecer alternativas para todos los gustos, bolsillos y ocasiones en una visión del negocio amplia e integradora, tal como comenta Marcelo Federici “Fecovita además ofrece a los consumidores diferentes formatos de envases: botellas, bag in box, tetrabrik y latas”. La empresa fue una de las pioneras en explorar el potencial de la lata: adaptable al consumo individual y con la posibilidad de ofrecer vinos frescos, con un toque de burbujas, ideales para una ocasión refrescante; es un envase que linkea muy bien con consumidores más jóvenes y en ocasiones más descontracturadas. La revolución de las latas ya forma parte de la mirada renovada del vino; más que un envase, es una nueva forma de disfrutar de vinos más versátiles, una bocanada de nuevos aires para el vino argentino.