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El medio ambiente y la base de la sustentabilidad

El 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. La vitivinicultura es una industria muy comprometida con el cuidado del medio ambiente, ya que un entorno sano es fundamental para el buen desarrollo de la actividad. Así, son cada vez más las  bodegas que adoptan prácticas sustentables, encuadradas en los 4 pilares fundamentales de la sustentabilidad.

Cabe mencionar que cuando nos referimos a prácticas sustentables (o sostenibles), el objetivo es generar el menor impacto posible al entorno que nos rodea –incluso un impacto positivo.

Los 4 pilares de sustentabilidad en bodegas son:

1 – Manejo del agua: la escasez hídrica hace indispensable un manejo responsable del agua en la industria. Esto está relacionado no sólo con la cantidad de este recurso que utilizamos, sino también con su reutilización. Desde riego por goteo hasta tratamiento de efluentes (que consiste en reutilizar para riego el agua descartada –previamente purificada-), las bodegas adoptan prácticas en las que se optimiza y reutiliza el uso de este recurso.

2 – Eficiencia energética: control, medición y trabajos para reducir el consumo, optimizando las operaciones que se realicen (íntegramente ligado a maquinaria y electrónica aplicada). Actualmente existe tecnología que ayuda a reducir la cantidad de energía necesaria para los procesos: desde luminaria automatizada con sensores de movimiento hasta la optimización de labores dentro y fuera de la bodega. También la arquitectura contribuye a una reducción en el consumo de energía. Algunas bodegas se diseñan para beneficiarse del “factor gravedad”: la descarga de la uva se hace desde arriba por una rampa que permite el acceso de camiones. Así, se evita la utilización de bombas de alta presión para transportar la materia prima.

3 – Gestión de residuos: consiste en una sencilla práctica que de a poco se va adoptando en cada hogar: la diferenciación de los desechos y reciclado de los mismos (interna o externamente). Especialmente durante la vendimia, las bodegas generan una gran cantidad de residuos orgánicos (como el escobajo y el hollejo), que son reutilizados en las fincas como abono orgánico.

4 – Responsabilidad social: engloba capacitaciones constantes con el fin de mejorar la conciencia sobre cada uno de los puntos anteriores. Además, algunas bodegas realizan grandes esfuerzos para mejorar las condiciones de la comunidad del lugar, la cual se ve directa o indirectamente beneficiada por la cercanía a una bodega, como por ejemplo con la creación de empleo local.

En nuestro país, varias bodegas cumplen con los 4 pilares y son cada vez más las que adoptan prácticas respetuosas con el medio ambiente. Suelo, agua y aire limpios permiten que la vitivinicultura se desarrolle en un ambiente saludable y, por supuesto, el resultado se traduce en mejores vinos.