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vinos dulces

Un toque de dulzura: vinos dulces

Siempre hay una buena excusa para disfrutar de un vino y si es compartido, muchísimo mejor. Aún perdura la atmósfera de la “semana de la dulzura” por lo que podemos inventar ocasiones perfectas para descubrir todo lo que pueden ofrecen los vinos dulces. La oferta en góndola es súper amplia y variada para todos los gustos, ocasiones y bolsillos.

Te invitamos a sumergirte en este universo que es un viaje a experiencias únicas.

Dulce natural: cuando veas esta expresión en la etiqueta tenés que saber que son vinos –generalmente blancos-  elaborados a partir de uvas maduras con un alto contenido de azúcar. Durante la fermentación, el proceso se detiene antes de que todo el azúcar se convierta en alcohol, lo que resulta en ese dulzor característico. Estos vinos suelen tener aromas frutales y florales intensos y, aún en invierno, está muy bien beberlos fríos; ¿cuándo? A la hora del postre o simplemente cuando la charla se anima y se alarga.

Cosecha tardía: La dulzura de este tipo de vino proviene de la madurez de las uvas que, precisamente, son cosechadas más tarde para favorecer la concentración de sus azúcares. Son vinos intensos y afrutados. ¿Una buena experiencia?: ¡combinarlos con quesos!

Fortificados: Estos vinos son más “raros” y quizás por eso valga la pena buscarlos y probarlos. ¿Cuál es su particularidad? Es que a este vino se le agrega alcohol vínico para frenar la fermentación y mantener parte del azúcar natural de las uvas. Así se logra un vino más dulce  y con mayor graduación alcohólica. La técnica del “encabezado” es la más común para fortificar el vino. Ahí es donde se le agrega ese alcohol extra hasta llegar a la graduación alcohólica deseada. Pero, ojo, que un vino fortificado puede ser dulce o no. Hay para todos los gustos: si te va lo dulce, tenés que probar los elaborados a la manera del oporto, o los de tipo  jerez. Y si exploras en estas etiquetas, podes descubrir los fortificados secos que son pura potencia.

Mistela: en realidad, no es estrictamente un vino. Resulta que es un mosto alcoholizado. ¿Qué significa eso? Que es una bebida elaborada a base de jugo de uva (mosto) a la que se agrega  alcohol vínico. Este alcohol detiene la fermentación y mantiene el azúcar natural logrando así los aromas de frutas muy maduras y esa dulzura que recuerda a mmiel, mermeladas y compotas caseras. Una copita de mistela y ¡chau frío!

La gran oportunidad de los dulces

Hay un creciente interés en los vinos dulces por parte de los y las consumidores más jóvenes. Es que resultan más atractivos no sólo por su dulzura –familiar para el paladar más habituado a otras bebidas dulces- si no por las ocasiones más informales que generan estos vinos. Según un estudio realizado por el Fondo Vitivinícola y la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), publicado en el 2020, entre los consumidores no habituales de vinos (de entre 18 y 34 años), que el vino “tenga un sabor más dulce” aparece como una de las condiciones que movilizarían su preferencia en más y diversas ocasiones.

El abanico de vinos dulces es amplio y variado, incluso en espumantes y vinos gasificados. Hay que experimentar, superar los mitos y brindar por la dulzura de la vida. Cada copa es una fiesta y los vinos dulces pueden ser, este invierno, un gran hallazgo y una excelente compañía.