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Vinos anaranjados, listos para sorprender

Aunque parece que el mundo los está descubriendo, lo cierto es que recrean las formas más primitivas de hacer los vinos. Los vinos anaranjados atraen desde su color –literalmente anaranjado- y conquistan por la originalidad de sus características. Te invitamos a conocer algo más de estos vinos.

Los vinos anaranjados son elaborados con uvas blancas fermentados con su piel u hollejo. Los conocedores dicen que son vinos primitivos, vinos que nos trasportan al origen de la elaboración de este producto. Van de la mano de la no intervención en la elaboración del vino, es decir, tocar al vino lo menos posible y dejar que la naturaleza actúe.

La prestigiosa sommellier argentina, Paz Levinson, explica: “¿Por qué decimos que es una manera primitiva de elaborar un vino? Porque son vinos que se fermentan con la piel, ya sean blancos o tintos; no se les agrega levaduras, ni control de temperatura, y se usa poco o nada de sulfuroso para proteger el vino.

En el caso del tinto no difiere de cómo se produce un vino tinto hoy, ya que la maceración y fermentación ocurren en el mismo momento. Pero en el caso de la uva blanca es diferente. En esta forma “primitiva” se fermenta el jugo de la uva blanca junto con su piel. Es por eso que se dice que maceración (dejar en contacto lo solido con lo líquido para extraer componentes) y fermentación ocurren al mismo tiempo. En la producción de los vinos blancos que abundan en el mercado, hay una maceración con la piel pero siempre en frío. El frío impide que la fermentación empiece. Esta maceración puede llevar unas horas o días, depende el enólogo. Los tanques suelen estar helados, se les forma una capa de hielo por fuera. El objetivo de esta maceración llamada pre-fermentativa es potenciar los aromas del futuro vino. Después, se separa el jugo de la piel y empieza la fermentación sin pieles a baja temperatura. Es por eso que se dice que el vino naranja se elabora más a la manera de un tinto que un blanco con la ventaja que la uva blanca puede quedar en contacto con el mosto primero y el vino después por 7 u 8 meses (la piel de la uva tinta tiene que ser retirada después de la fermentación porque, dependiendo la variedad, puede tener demasiado tanino y quedaría un vino muy duro si se lo dejara tanto tiempo). La piel de la uva blanca agrega mucho de lo que se trata de evitar en un vino blanco convencional: agrega taninos, color, textura, astringencia”.

Maridaje: Uno de los atractivos de estos vinos es que pueden acompañar con muchos platos, especialmente con sabores intensos, por su textura (mucho tanino), acidez (por lo general es alta), volumen en boca y complejidad de aromas.

Servicio: Los vinos naranjas pueden servirse  a temperatura de tinto, 16-18 grados C ya que bajas temperaturas exaltan la aspereza del tanino y pueden “apagar” la expresión de sus aromas.

Ya sabemos que el universo del vino es prácticamente infinito. A los blancos, rosados y tintos se suma este nuevo color: ¡es hora de copas naranjas!